domingo, 25 de julio de 2010

LAS GALLINAS Y EL HUEVO


El 98% de las gallinas que se utilizan para poner huevos pasa
su vida en jaulas dentro de enormes bodegas. Las gallinas
son metidas en jaulas donde ni siquiera pueden darse la vuelta
o extender un ala. Cada año, millones de pollos macho son
desechados en bolsas de basura hasta que se ahogan o mueren
de hambre, porque son inútiles para la industria de los huevos.
Para evitar comportamientos neuróticos o violentos ocasionados por el estrés del
confinamiento, a las gallinas se les mantiene en semioscuridad y sus picos son cortados
con una navaja al rojo vivo y sin administrarles anestesia o analgésicos. Los alambres
de las jaulas dañan sus plumas, su piel y deforman sus patas.
Para forzar a las gallinas a otro ciclo de puesta, los granjeros las dejan durante días en
la oscuridad y sin comer ni beber, lo cual ocasiona que pierdan plumas y peso.
Aun cuando las gallinas pueden vivir por más de quince años, sus vidas son acortadas a
dos años en esta industria. Generalmente el máximo producido en estas condiciones es
de 400 huevos por gallina. Cuando dejan de producir se les mata. Millones de gallinas
que “ya no sirven” son enviadas al matadero cada año. Su carne se usa para comida de
animales de compañía o para preparar caldos.

La horrible vida de las aves termina después de un espantoso viaje al matadero. Una
vez en el matadero las aves son sacadas de las jaulas y colgadas de las patas en unos
rieles corredizos. Una cuchilla mecánica los decapita y después se les sumerge en agua
hirviente para quitarles las plumas. A menudo permanecen conscientes durante todo el
proceso.

Los huevos son un alimento saturado de colesterol: 213 mg. En un huevo mediano. El
consumo de un huevo diario aumenta los niveles de colesterol hasta un 12%. Debido a
las condiciones en que viven las gallinas en las granjas industriales, y a que el cascarón
es frágil y poroso, los huevos son un hábitat ideal para la bacteria de la salmonella.

Las gallinas son animales inteligentes que disfrutan estar al aire libre y cuidar de sus
polluelos. En la industria de los huevos no pueden realizar ninguno de sus
comportamientos naturales.

Por ello es preferible comprar huevos solamente de granja.